TEXTOS DE CONSULTA - Xavier Thevenot

En el corazón del sufrimiento: 
La esperanza 


Xavier Thevenot SDB
Presentación

   Todo en nuestra sociedad pone por delante la noción de placer. El sufrimiento, en la medida en que es posible, tiende a ser ocultado. Cuando éste llega, se le buscan chivos expiatorios y se interroga a la ciencia o a la tecnología, ¿no están, precisamente, para dar respuesta a todo? Sin embargo, el sufrimiento permanece allí con su lado insoportable, misterioso y absurdo. ¿Cómo asumirlo y vivirlo cristianamente? Una pregunta realmente difícil. Xavier Thévenot, Salesiano, profesor del Instituto Católico de París, hace aquí saludables aportes. Este texto, tomado de una conferencia pública -que conserva parcialmente su estilo directo-, nos ofrece un esclarecimiento evangélico tónico y pleno de esperanza. 

   Hay muchas maneras de sentir el sufrimiento. Basta mirar alrededor nuestro.

   En primer lugar, está el sufrimiento físico: las enfermedades largas que no terminan nunca y envenenan la vida cotidiana, aquellas que presentan una grave amenaza: un cáncer o problemas cardíacos, la vejez que pesa sobre todo y todos y que, poco a poco, lleva al deterioro inexorable, y existen también los dolores intensos frente a los cuales los médicos se sienten impotentes: migrañas, reumatismos articulares tan dolorosos y otros.

   Pero el sufrimiento psíquico existe también y muchas veces es vivido avergonzadamente. Miles de personas son presas de depresiones que parecen no terminar nunca y que producen un gran sentimiento de frustración. Otros sienten "heridas" psíquicas de la infancia que retornan sin cesar. Algunos se enfrentan a problemas de alcoholismo o de angustias recurrentes. Muchas personas son atormentadas por dificultades psico-sexuales, genitales, de relación. Existen también quienes sienten la muerte de su pareja de una manera muy dolorosa. Y cómo no pensar en el sufrimiento de aquellas personas que se sienten espectadoras de ellas mismas, con una suerte de fría indiferencia, como si ya no se reconocieran en lo absoluto. Finalmente, pensemos en los sufrimientos extremos de aquellos que se sienten abandonados por todos.

   Están presentes también los sufrimientos de origen social: el desempleo, la incomprensión del medio frente al hecho de haber perdido a la mujer o al marido, y también la injusticia que uno sufre cuando, precisamente, se lucha por la justicia en el propio ambiente de trabajo.

   Finalmente, existen los sufrimientos espirituales: las crisis de fe. Una fe remecida por momentos difíciles o dramáticos. Una fe cuestionada en el cansancio que produce el combate incesante por restablecer la esperanza. Hay que considerar también los sentimientos de culpa que nos asaltan a veces y que nos es difícil superar, sin contar las múltiples dificultades cotidianas en la vida de relación. En resumen, cada uno vive o ha vivido tales sufrimientos. A veces, a la vista y paciencia de todo el mundo... y a veces, lo que es mucho más doloroso, en el anonimato, en el secreto.
Xavier Thevenot SDB 
Instituto Católico de París

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